En el inicio de este primer domingo de Adviento, reflexionamos no solo sobre el nacimiento de Cristo, sino también sobre la esperanza palpable en la segunda venida de nuestro Salvador. En Romanos 6:1-11, el apóstol Pablo nos lleva a comprender que, como hijos de Dios, hemos sido liberados de la esclavitud del pecado y llamados a vivir una vida nueva en Cristo. Este mensaje es como un llamado a despertar, recordándonos que, al igual que una mariposa que emerge de su capullo, hemos sido transformados y vivimos para Dios.
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